Por Sharey Díaz

¿Para qué ir a la escuela? Seguramente en algún momento de nuestra vida escolar y/o académica todes nos hemos formulado alguna variación de las siguientes preguntas ¿Para qué invertir tanto tiempo y energía vital en ir a la escuela? ¿Qué nos aporta para nuestro desarrollo? “Una Escuela para la vida” es la invitación que hace Nuccio Ordine, autor de este manifiesto, a mirar con honesta profundidad al sistema educativo que hemos estado creando y sosteniendo hasta ahora en nuestras sociedades.

Este texto más que proponer respuestas absolutas, se dedica a examinar los rasgos y características de los sistemas educativos en general desde una perspectiva problematizadora. Las problemáticas que, este también profesor, expone en este lúcido texto no son muy distintas a las que la sociedad chilena vive actualmente: la escuela administrada como una empresa cualquiera, lo que da como resultado la prevalencia de los criterios económicos en las decisiones y el enfoque cuantitativo en la gestión y las prácticas educativas. Desde la visión y análisis de este autor las consecuencias de esto son tristes: estudiantes endeudados, personas escogiendo profesión con única motivación económica, profesores sobreexigidos por los papeleos de la burocracia sin tiempo poder dedicarse a transmitir el apasionamiento por el área del conocimiento que ¿aman?

En nuestro territorio en particular las reflexiones de Ordine, no solo son atingentes, sino que, además, urgentes. Al ser la Educación obligatoria, todas y todos quienes la hemos experienciado, sabemos desde hace mucho, porque lo hemos vivido, que la escuela no nos satisface, que desatiende aspectos relevantes de nuestro desarrollo, pues nos prepara para adaptarnos a este mundo, sin darnos herramientas para cambiarlo de ser necesario: “la escuela tiene que ser una forma de resistencia a los falsos valores de la sociedad” propone el autor.

La prioridad de los sistemas educativos actuales, denuncia Ordine, no son los, las, les estudiantes. Su finalidad no es el desarrollo y el enriquecimiento del alma humana, sino la captación de clientes que paguen y reciban un papel que los acredite para postular a un trabajo que les garantice un sueldo y estatus como único foco. Superar esta manera de operar es nuestra responsabilidad, en palabras del autor: “la función principal de la escuela no es la de preparar para el ejercicio de una profesión. Pedirle a un niño de doce años que piense en lo que hará de mayor es casi un acto criminal” “la finalidad de la escuela no es hacer de nuestros estudiantes abogados o ingenieros, sino convertirlos en mujeres y hombres libres.”

Nuccio Ordine es ensayista, profesor, filósofo y escritor italiano, reconocido por ser un especialista en la época, arte y literatura del Renacimiento y del pensamiento de Giordano Bruno (astrónomo, filósofo, teólogo, matemático y poeta italiano del siglo XVI asesinado por la Inquisición tras afirmar que el sol es una estrella más de muchas en un mundo infinito). En la actualidad, Nuccio Ordine es profesor de Literatura italiana en la Universidad de la Calabria, Italia y un gran promotor de los Clásicos de la literatura como herramienta para entender el mundo que nos rodea.
Con Nuccio Ordine comulgamos, a parte de la profesión, en la convicción de que el quehacer de las Escuelas debería tener como norte el enriquecimiento y bienestar de las personas. Además, ambos entendemos el hermoso potencial de la literatura como alimento para el espíritu y el intelecto humano, una de las cosas que más agradezco de este libro es que me haya presentado; a través de la cita directa, el hermoso poema Ítaca de Constatinos Cavafis, porque, sí, a mi juicio la Educación debiera ser el viaje de búsqueda que emprende cada uno para el enriquecimiento de su espíritu a través de la experiencia:

Ítaca te ha dado un viaje hermoso.
Sin ella no te habrías puesto en marcha.
Pero no tiene ya más que ofrecerte.
Aunque la encuentres pobre, Ítaca de ti no se ha burlado.
Convertido en tan sabio, y con tanta experiencia,
Ya habrás comprendido el significado de las Ítacas.

Entonces ¿para qué hay que ir a la escuela? ¿Por una licencia o un título? Dialoguemos sobre la Escuela que queremos, imaginémosla grata, estimulante, inclusiva y generosa en saberes de todos los colores, un lugar que nos ayude a crecer y nos haga mejores, no mejores que otros, sino siempre mejores a nuestras versiones pasadas. Este texto es sobre todo una invitación al diálogo y a la búsqueda de un norte otro, una forma más integral y hermosa de hacernos (educarnos) a nosotros mismes y después de esa reflexión decidamos si Aprobaremos superar la Educación de Mercado que hasta el momento nos han impuesto.

Sharey Díaz, lectora entusiasta, amante de las artes y de sus estudiantes, desencantada de la institucionalidad. Máster en promoción de la lectura para infancia y juventud.