“Anarquía en Baviera» es una obra teatral escrita y montada por R.W. Fassbinder, con su compañía «Antiteatro» en 1969. Dice el programa: «Diferentes escenas montadas a la manera de una revista deben mostrar que los cambios exteriores no son suficientes para provocar algo esencial en la conciencia occidental, tributaria de las nociones de opresión y autoridad».

Se trata de una tragicomedia próxima al teatro del absurdo, en la que unos revolucionarios que lograron hacerse del poder en Alemania chocan en diálogos de incomunicación total con una familia burguesa típica y con las prostitutas, que no pueden deshacerse de sus hábitos mentales, de dependencia del orden autoritario y el mundo del dinero. La tradicionalista familia «Hora legal» incuba, bajo una fachada de normalidad inofensiva, perversiones sexuales y violencia reprimida. Y los revolucionarios, por su parte, muestran indicios de totalitarismo e intolerancia recién inaugurada su revolución.

A más de cuatro décadas de su estreno, «Anarquía en Baviera» mantiene su vigencia, tratando temas como autoritarismo, capitalismo, alienación, revolución, crisis de la pareja y la familia, educación gratuita, libertad creativa versus censura, y otros de gran actualidad.

Toda la obra de Fassbinder está marcada por la herencia del nazismo en Alemania, que él siente omnipresente y actuando soterradamente en la Alemania liberal posterior a la Segunda Guerra Mundial. En sus películas, que filmará a un ritmo endemoniado con la tropa del Antiteatro, las clases altas se refocilan en el lujo y el confort, las clases bajas replican sus valores (racismo, machismo, chovinismo) y los marginados luchan cotidianamente por sobrevivir en un mundo hostil y despiadado. El dinero corrompe todas las relaciones humanas y el amor, «más frío que la muerte», es el instrumento de represión social más eficaz. Él mismo, que filmó los más elocuentes alegatos en favor de la libertad y de los oprimidos y marginados, fue un tirano y un déspota en su ambiente de trabajo, que fue también su círculo de amigos y amantes. «Honestidad rayana en lo insoportable» dijo un diario a propósito de uno de sus cortos, pero la frase podría aplicarse a toda su obra, en la que se retrató muchas veces sin ninguna autocompasión.

Fassbinder, homosexual y drogadicto, creó un mundo donde sus antihéroes eran, o bien idiotas poéticos aplastados por el sistema, o recios homosexuales entregados a la violencia de deseos desenfrenados, en un mundo donde los valores burgueses son transgredidos absolutamente. Por otro lado su teatro y su cine son feministas, y pone su esperanza en los destinos de mujeres fuertes, que, sádicas o libertarias, son las verdadera heroínas de su obra, fuente nutricia y amenaza perpetua al mismo tiempo.

En «Anarquía en Baviera», sólo las mujeres jóvenes de la familia «Hora Legal» logran deshacerse de la coraza de prejuicios conservadores, integrándose entusiastamente al trabajo colectivo que instaura la revolución.

Chanchán Olibos”