“Quien abre este libro se encuentra con un país lejano, de paisaje e historia fascinantes: Mozambique, en la costa oriental del África, con bellas playas sobre el Océano Índico. Y comenzará a leer sobre las vidas de personas y familias que en conjunto equivalen a una breve e intensa novela romántica. Sabrá de cómo crear jardines; verá la iniciación al contacto sobrenatural de una mujer chamán con los espíritus de los antepasados… Una niña chilena aprende a comer la tierra roja de Mozambique… participará de la aventura de crear fábricas y escuelas, de hacer cine, de desarrollar una administración y un gobierno, de hacer familia en el trópico.

Todo esto ocurre en una historia de creación de un mundo nuevo, creación que un pueblo realiza sobre los remanentes de una larga época de coloniaje que en 1975 se extingue bruscamente: los colonizadores portugueses se han ido a su país, dejando máquinas paralizadas, ascensores sin funcionar, un pueblo sin alfabetizar, mansiones vacías…

En el caso de estos chilenos, se trata, en su mayoría, de exiliados por aquella dictadura que, precisamente, rompió el esfuerzo de construcción que realizaban en su patria… les tocó continuar ese trabajo sacrificado en otra tierra, que llegaron a amar. “No me habría ido nunca “, dice una de las protagonistas…

Dentro de todo ello, la figura fuerte y cercana de un líder: el Presidente de la República Popular de Mozambique, Samora Moisés Machel, que confió en los chilenos y los respetó.

Fue un exilio diferente al que se vivió en muchos otros países en que estuvo la diáspora chilena. Lo que la dictadura arrebató, Mozambique lo entregó. Solidarizó con Chile en su trance. Creó un verdadero encantamiento de estos actores y testigos, en un marco de vida cotidiana, similar en lo humano a la de nuestra gente. “Realicé mi vida profesional”, “me sentí útil”.

Ya Allende había visto que Chile debía acercarse al África, “tierra de promesas”: designó como primer embajador en Zambia a un médico salubrista. El libro coincide ahora con una posible nueva etapa en el desarrollo de estas relaciones. “Chilenos en Mozambique” puede ser un facilitador -Dr. Carlos Montoya Aguilar, Profesor de Salud Pública, Universidad de Chile.”