Reseña

“Simón Rodríguez (1771-1854) venezolano, maestro de Simón Bolívar. Como su preceptor despierta en su joven discípulo el afán que va a caracterizarle y que le conducirá a la larga lucha por liberar a su patria Venezuela y a la casi totalidad de la América del Sur de la cual, sabe, esta su patria es sólo parte. Bolívar y Rodríguez, asisten en Milán a la coronación de Napoleón como Rey de Italia, luego se dirigen a Roma. Allí, en el Monte Sacro, el 15 de agosto de 1805, contando Bolívar 22 años, Rodríguez le hace jurar que libertará a los pueblos dominados por España. ¡Juro delante de usted —dice Bolívar—, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por la patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que no haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español! Bolívar cumple su juramento dedicando toda su vida a esta gran tarea. Su modelo no es Napoleón; quiero liberar, no conquistar, por ello se llama a sí mismo Libertador. Bolívar, pese a esta heroica tarea muere en 1830 decepcionado y su memoria es calumniada por los mismos hombres cuyos pueblos ha liberado. Simón Rodríguez, meses antes de la muerte del Libertador, escribe su defensa que titula El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social. Esta defensa la escribe en 1828, pero no será sino hasta 1830, en Argentina, que logra su publicación. Publicamos unos trozos de esta larga defensa. Hace un paralelo de Bolívar con Washington y Bonaparte mediante el cual muestra la grandeza del Libertador en todos los aspectos, tanto militares, como morales. El cambio de sus batallas inclusive superan a los de estos héroes; y como también, frente a Napoleón, la generosidad y desinterés de sus metas.”