Reseña

“Ser mujer, como ser madre, no remiten a ninguna esencia, a ninguna naturaleza. Cuando el capitalismo redobla su apuesta y exige un modelo de madre- trabajadora, inteligente, bella, proactiva, equilibrada y bondadosa aumenta también sus modos de tristeza y de impotencia. Inocula culpas y hace brotar dolores. Nuestra utopía, repetimos, es un mundo donde la competencia no modele las subjetividades ni cercene los modos heterogéneos del amor.”