“Tenemos pocos ejemplos en la historia chilena de un grupo político formado especialmente por jóvenes, la mayoría menores de 30 años, en que confluyan, por una parte, la radicalidad revolucionaria que evidentemente remeció a la política chilena, y por la otra, el genocidio como respuesta del Estado chileno. Tal vez Chile, que ha sido tierra pródiga de rebeldías —negadas y escamoteadas por la historia tradicional—, encuentre en el MIR una historia que si bien no se puede esconder, tampoco encuentra hasta ahora historiadores que la investiguen y nos la narren sistemáticamente.” Mario Garcés”