“En un seminario dictado en Venecia el semestre del 2005‐2006, Giorgio Agamben advertía que contemporáneo es aquel que tiene la mirada fija en su tiempo, para percibir no la luz sino la oscuridad. Todos los tiempos son oscuros para quien experimenta la contemporaneidad. Contemporáneo es, justamente, aquel que sabe ver esta oscuridad, y que es capaz de escribir mojando la pluma en las tinieblas del presente. La observación del filósofo italiano sirve de guía a un trabajo de lectura y escritura que, esperamos, no se detendrá aquí. El juego de luz y sombra, de apariencia y realidad que la cita anuncia obliga a discutir sobre estas y otras declaraciones de lo contemporáneo en áreas tan alejadas y próximas como la escultura, el cine, la televisión, el video, las nuevas formas de comunicación y de presentificación abiertas por Internet y las tecnologías. Asimismo, la oscuridad de los tiempos y el anacronismo del escritor que moja su “pluma en las tinieblas del presente”, plantea con urgencia la pregunta por la contemporaneidad de toda empresa de escritura: ya sea esta “literaria” o “postliteraria”. A propósito de estos problemas, y de las relaciones entre tecnología y pensamiento, Friedrich Kittler, en Discourse Neworks, ha llegado a afirmar que Nietzsche fue un pensador tan innovador en gran parte porque fue el primer filósofo que uso una máquina de escribir.”