“La poderosa imagen, donde miles de personas copan la plaza Sucre de Viña del Mar exigiendo cambios para Chile en los días posteriores al 18 de octubre de 2019, nos recuerda el mismo lugar, donde se apostaron las ametralladoras la mañana del 11 de septiembre de 1973. Lugar icónico que intersecta la calle Valparaíso con la perspectiva del camino que lleva al palacio de los dueños de la tierra a fines del siglo XIX; la Quinta Vergara. La misma Plaza Sucre, fue el lugar donde hace 100 años el primer regidor socialista de la comuna desenfundó su arma al verse asediado por oficiales del ejército que controlaban mañosamente las elecciones municipales . Lugar de Memoria como nos dirría Pierre Norá, geográficamente constituida por elementos simbólicos que representan esa urbanidad que fue construyendo la élite a inicios del siglo XX: La Plaza, la Iglesia, la Estación del Ferrocarril, el Club Señorial y el Palacio Vergara. Puntos cardinales para la configuración del ser “viñamarino”, figura dominante y excluyente, producto de un modelo hegemónico del turismo de balneario que tuvo un alto costo para miles de familias aparatadas del desarrollo. En las barriadas, cités, conventillos y en los mismos cerros, se fue forjando otra ciudad. La ciudad del sacrificio, de la sobreviviencia y la autogestión. La misma ciudad popular que cuestiona, cada día, con más fuerza, el modelo de ciudad balneario impuesto sobre los pilares de exclusión que se mantienen hasta el día de hoy.”