“Hace unos años atrás, los capitalinos quedamos impactados al ver, en plena Alameda, a unos afuerinos que se tomaban la calle, que paraban el tránsito y se enfrentaban a carabineros casi cuerpo a cuerpo, en una batalla campal de piedras y cuanto objeto contundente había. El sudor volaba por los aires, las lacrimógenas concertacionistas se hacían sentir con su peso de negociación, tras esa neblina indigesta.
Habían llegado en tren a la Alameda, como hordas felices, llenos de tallas picarescas y ojos ladinos, con cascos que no se adaptaban a un Santiago que se adentraba con toda la dureza a la modernidad. Rudos, de caras curtidas y profundos como el carbón, no vacilaban al faltarle el respeto a la autoridad. En definitiva, eran sus vidas las que les extraían, desde lo hondo de su corazón, esa rica decisión de luchar para no cerrar Lota. Querían llegar La Moneda para que el chileno presidente de esa época escuchara, con una secreta esperanza de que ese destino que se les venía no podía ser posible. Porque pensaban que su Lota no se apagaría, que defenderían su historia, su fuente de trabajo de toda la vida, su identidad lotina, sus hijos, el pan de las mañanas.
¿Qué podían ellos hacer para cambiar sus fortuna? ¿Qué podían hacer en su lucha sin destino? Si Santiago ya había dado el pitazo con arco iris, y todo para adentrase al oscuro túnel individualista que esta nueva sociedad nos ofrecía a todos. ¿Qué podían hacer ellos con sus manos callosas, duras, y sus ojos acostumbrados a la oscuridad y a la luz de la salida de ese túnel subterráneo, que por décadas atendió las necesidades de generaciones de mineros del carbón nacidos desde el fondo de la tierra?
Lota y el carbón siempre han sido historia, pero hoy existen con una metamorfosis que cuidadosamente fraguó el modelo, ya no de la tierra, si no desde las entrañas mismas del capitalismo, que todo lo invadió en estas últimas tres décadas. “De Subterra a Subsole…” es la crónica de esta historia, desde los inicios de la mina de carbón hasta su bullado cierre, escrita a través de quienes han sido sus protagonistas, una investigación cuidada y detallista para comprender la vieja historia de explotación y miseria que envuelve a Lota, junto a la de lucha y resistencia que configura la imagen mística del minero y su familia.”