“La música y las letras suelen ser atemporales, cobran vida, mueren y reviven, van y viene en los momentos menos esperados, algunas historias aún se siguen escribiendo y otras que a pesar de haber tenido su fin vuelven como fantasmas. No es un libro que cuente una etapa de mi vida sino muchas de ellas, sentimientos, emociones, dolores, alegrías, paisajes… algunos poemas son dueños de mi juventud y otros supieron de la experiencia y los años.

Gigo se encuentra en un espacio circular, el sentimiento a veces se estira, pero siempre vuelve, los olores, el tacto, las frases… No debemos buscar cuando se escribió, si no el dónde, ese día fue diferente a todos los que vinieron, hay días que fueron soleados y otros grises, pero ese día quedo escrito.”