-10%

Historia y dilemas de los movimientos antisistémicos

$10.800

Autor/a: Editorial: Stock: 2 disponibles SKU: 100008631 Categorías: ,

Reseña

“La protesta social y la lucha de los oprimidos en contra de la explotación, la humillación, las vejaciones, la discriminación, el despotismo y el sometimiento en todas sus formas, es tan vieja como vieja es también la existencia de sociedades divididas en clases sociales. Pues frente al dominio y el sojuzgamiento que implica cualquier tipo de jerarquía y de desigualdad social, se ha desarrollado igualmente, de una manera inmediata y necesaria, la paralela y persistente insubordinación y rebelión de los diversos sectores, clases y grupos sometidos a dicha dominación y avasallamiento. Con lo cual, la historia de la humanidad, desde muy remotos tiempos aunque no desde sus orígenes, y hasta la situación actual, ha sido no solamente la historia de la lucha entre las clases sociales, sino también y concomitantemente, la historia de esas diferentes formas y figuras diversas de esa misma protesta social. Ya que a partir de la compleja y variada disolución de las formas comunitarias de la organización social, disolución que camina por distintas vías y que hace nacer a las diferentes sociedades divididas en clases sociales, comienza a desplegarse también, junto a la naciente lucha de clases, el igualmente diversificado abanico de esas formas de la rebelión y la protesta social.
Protesta social milenaria y constante, que siendo una de las claras estructuras de larga duración de la historia humana, es también uno de los espacios importantes de la inagotable y siempre renovada y floreciente creatividad social de las clases populares. Creatividad que tenaz e infatigable, encuentra en cada nueva circunstancia y en cada momento nuevo, las múltiples y complejas vías de su también multiforme expresión. Pues frente al avasallante poder de las clases y grupos dominantes, –poder que se afirma lo mismo como riqueza, como jerarquía social, o como Estado– que bajo las formas de la supuesta superioridad intelectual –o social, o étnica, o de género, o de status, entre otras varias–, esa creatividad popular ha debido también prodigarse y multiplicarse bajo mil formas, descubriendo e inventando todo el tiempo los modos de burlar a esas distintas figuras del poder, los resquicios y espacios de afirmación de su propia libertad, las maneras diferentes de escapar a las normas y controles impuestos desde arriba, pero también y en otras circunstancias, los momentos adecuados para retar abiertamente a esos poderes, para ponerlos en crisis y deslegitimarlos, e incluso, a veces, para invertir radicalmente la situación, destruyéndolos e intentando poner todo el mundo ‘de cabeza’.”