“El ejercicio de la memoria personal es, tal vez, tan necesario como el rescate de la historia colectiva. Estos poemas buscan, precisamente, las huellas de un origen que parece perderse a medida que el tiempo continúa con su devastador avance. Junto a la nostalgia que destilan las palabras de este libro, cierta fascinación por ese lugar común que es la plaza, ese espacio que ha sido desplazado por la luminosidad artificial y claustrofóbica de los grandes centros comerciales, convive con la búsqueda de un lenguaje que elude el cliché, sin perder por ello la tensión de un sentimiento melancólico que alimenta la caminata que el poeta realiza por la conmovedora rutra de los recuerdos.”