Reseña

“Es curioso como La Historia universal y con mayúscula, va descubriendo El Mundo (también con mayúscula), dibujando su plano -o aplanándolo-, y en ese mismo gesto no deja de ocultar, de cubrir o de sepultar un reguero de otros mundos. El paso de Magallanes por el estrecho marca un hito fundacional en la mitología histórico-política europea pues en cierta forma representa el paso de ese famoso “nomos de la tierra” premoderno, al nuevo nomos que según C. Schmitt habría permitido los “grandes descubrimientos” del siglo XVI. Se trataría del paso de una lógica de apropiación y re/partición de la tierra circunscrito por la extensión inexplorada de los mares a aquel basado en la concepción de la Tierra como un globo cabalmente apropiable y por lo tanto repartible. En este nuevo marco, se habría instalado una oposición entre la estabilidad normativa de los ordenamientos terrestres y la libertad del mar como el nuevo espacio abierto al juego de esas guerras y pillajes que siempre han murmurado bajo la paz y el orden proclamado por leyes y tratados.

El estrecho de Magallanes como acontecimiento histórico y como acontecimiento geográfico, nos enfrenta a un territorio de pueblos más o menos visibles, más o menos invisibilizados, de lenguas, nombres e historias más o menos secretas, ocultad o expuestas, de objetos, espacios y memorias más o menos apropiadas, más o menos expropiadas por las diferentes formas de la patrimonialización. Territorios y pueblos más o menos retratados, más o menos inventados, objetos de recolección más o menos científica o de creación más o menos literaria.”