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Miradas contemporáneas sobre la sociedad futura

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Reseña

“La crisis social ha promovido una variada literatura, caracterizada por su tendencia a la reconstrucción de las bases del orden amenazado o ya perdido. Aquí la transformación fue vista como elemento inquietante y punto de quiebre en el derrotero que llevaba a la pérdida del orden deseado y deseable. Así se han visto, por ejemplo, el achicamiento de la autoridad de la Iglesia o del poderío del Estado, y también los procesos de ampliación y radicalización de la democracia -es relativamente sencillo encontrar eco de este diagnóstico en la obra de sociólogos norteamericanos de renombre tales como Daniel Bell, Robert Nisbet o Seymour M. Lipset. Acortar los ámbitos asignados a los procesos democráticos fue una propuesta frecuente entre las clases privilegiadas para restablecer o aumentar la productividad económica, los procesos de dominación y la estabilidad. Frente a esta “ideología del orden” maduró, como contrapartida, la ocasión para forjar un programa alternativo al vigente, que salvara viejos errores y diferencias traídas desde antaño, y promoviera una reorganización de la sociedad y de los estratos que la componen. El pensamiento sobre lo social en suma puede ser relevado en esas dos vertientes: aquellas que tienden al mantenimiento del orden y la organización alcanzados, y aquellas que conciben al estado presente como ocasión para una reformulación de las bases mismas de la sociedad.

Sin embargo, este esquema dual no debe hacernos creer que no han existido propuestas que son de difícil clasificación, y otras que han adoptado una postura equívoca respecto de él. Valga como ilustración la obra escrita por neoconservadores norteamericanos y alemanes (Joachim Ritter o Arnold Gehlen) que enfatizaron la necesidad de dar marcha atrás o, más bien, de compensar una desbocada modernidad cultural (arte de vanguardia, nuevas sensibilidades, orientaciones hedonistas) para preservar una próspera modernidad económico-social (economía de mercado y progreso técnico).

Toda conceptualización de las nociones de cambio y crisis sociales se ha desarrollado, en la variante que se quiera, dentro del marco de una “ontología del presente”, de un diagnóstico de la actualidad, del tiempo en el que se vive. A la vez, se ha apoyado en una valoración determinada de dichas nociones, impulsando una respuesta que sirviera a la reflexión crítica sobre el desenvolvimiento actual de la sociedad humana. Nuestros problemas presentes traen de seguro aparejados desafíos futuros sobre los cuales debemos reflexionar, puesto que la vida en el planeta así como también nuestros proyectos individuales y colectivos dependen del devenir de este mundo congestionado para cumplirse. Ciertos procesos desencadenados hoy tendrán sin duda influencia decisiva en los destinos del mañana, y todo planteo realizado ahora sobre ellos permitirá a la vez trazar la marcha de nuestro porvenir.”