“De Lévinas a Deleuze se reescribe aquí una trama filosófica y manera de abordar los problemas humanos a través de una operación de resonancia. En este espíritu, los caminos filosóficos de Lévinas y Deleuze ceden a las mentadas diferencias que los separan, y bajo la pluma del autor se confabulan en un mismo gesto filosófico, que busca resignificar el campo de lo político. Se trata de buscar el sentido de la política en ambos autores, por un camino escarpado, el camino de la alteridad, que viene sin duda a complejizarse cuando se abre a su génesis política. Un término acústico viene así a caracterizar la maniobra de una gestación de sentido político en el vasto paisaje de la alteridad. La alteridad vibra, resuena, emite vibraciones en una tonalidad política.

Claudia Gutiérrez O.

[…] Hay mucho concepto en esas dos poderosas máquinas de pensar que son las obras de estos autores. Contribución de Borja Castro es ya mostrar prácticamente los frutos de una conjunción de las perspectivas políticas que posibilitan el judío y el parisino. Siguen uno y otro trayectorias intelectuales muy distintas, y ya sus respectivos idiomas parecen inconmensurables entre sí. Y sin embargo, o eso llega a resultar tras las meritorias y casi exhaustivas lecturas propuestas en este ensayo, las dos líneas del caso se cruzan en una especie de quiasmo: el pensamiento de la huella infinita, de raíz judaica, marcado por la idea de una paz mesiánica por un lado, y, por otro, la apuesta conceptual por el acontecimiento, el deseo y la invención, de una filosofía consecuentemente “inmanente”, bellamente guerrera a su manera, y que por cierto no reniega de su linaje moderno.

Patricio Peñalver G.”