“Hurón Magma es de esos autores que pasan desapercibidos por la terrible máquina centralista que invisibiliza todo lo que está fuera de la gran capital. Entonces la concesión propuesta es dejar las tierras vernáculas en post de conseguir un lugar en el canon nacional, alternativa que claramente Magma negó, afincándose en Cunco, localidad precordillerana de la región de la Araucanía, desde donde puede sentir la lluvia y el bosque.

Estas obras escogidas por Ricardo Herrera Alarcón, recorren desde su primer libro Palomas de lluvia (1985) hasta Los cuentos de Ariadna y otros poemas (2009), configurando una antología necesaria para comprender la mística sureña, con su mitología y relatos alrededor del brasero. Pero la obra de Magma no es solo paisaje. En su primera escritura asume la voz angustiosa de quien está bajo la opresión de la dictadura militar, construyendo una alternativa/alero de libertad, paz, amor, confiando en que la poesía podría cambiar las sombras de la represión. La esperanza en Palomas en la lluvia es un salvavidas en un sentido unívoco y literal.

En su tercer libro El árbol de los sueños (1998), la distancia con el meollo político le permite ganar otro tono, más intimista, donde los afectos relucen en la capacidad de amar, en el erotismo y en la admiración, la relación de pareja como fundante de la belleza del mundo, siendo el cuerpo el que se aúna con la geografía para poder lograrlo.

«Sobre tu boca, amor, / sobre tu seno, / ser como de agua / ser como de espejo / ser como de viaje / ser como de eterno / ser como la lluvia / que acaricia hasta / la punta de tu pelo». (Poema de invierno, El árbol de los sueños)

La poesía de Magma es parte de un lirismo clásico por donde se le mire, tradicional y larista, con un componente melancólico propio de la producción del sur, donde la humedad, la cosecha, la leche ennatada, conviven con los ancestros y las doncellas que transitan por los bosques y montes. Ahora, reponer este tipo de poesía, más que un gesto de rescate generacional, es seguir confiando en viejos referentes estéticos que ya no son sincrónicos con los tiempos actuales, siendo ejemplo de esto los múltiples poemas románticos donde mujeres aparecen entre los pinos como ninfas, embebidas de un amor/pasión irrefrenable, y la carnalidad como su única oferta. Si esto se acompaña del verso tradicional, terminan por configurar una obra con oficio, pero muy lejana a ser fundante como referente de los nuevos tiempos.

(Publicado en la edición de abril 2019)”