“El texto de Sara Rojo habla de “pulsiones” más que de ideas anarquistas, y ello se explica porque se trata de teatro, de una actividad artística compleja en que hay texto y puesta en escena, ficción y realidad, una expresión que no es meramente transmisora de ideas, que es sobre todo performativa y en la que de alguna manera se dice sin decir. Sobre todo en el teatro de filiación ácrata y espíritu de rebeldía importa –como lo aclara la autora– tanto el proceso como el resultado, resultado que a menudo tuvo que enfrentarse con la censura y la represión. Tal vez uno de los méritos mayores de este trabajo es su carácter no endogámico, el hecho de que no se limita a mirar un objeto con las anteojeras de lo nacional, y que se aboca al estudio del teatro libertario en Chile, Argentina y Brasil, estableciendo similitudes y diferencias.”