Por Paulina Bermúdez Valdebenito

Se viene febrero y específicamente el 14F y automáticamente se nos vienen a la cabeza historias de amor romántico, historias con final feliz, pasados tortuosos y personas enderezadas a la fuerza.

¿Cuánto daño te hizo Disney y las religiones con su ‘Y vivieron felices para siempre’ o ‘hasta que la muerte los separe’?

A veces me pregunto porqué la gente en general busca o se inclina a establecer relaciones más cercanas al ideal de amor romántico, sin cuestionarse nada, ni los conceptos que este nos entrega. Más aun, porqué la gente decide jerarquizar y entregarle el primer lugar de importancia al amor romántico (amores de pareja, pinches, follamigxs) por sobre las demás relaciones que podemos tener a o largo de nuestras vidas.

En esta oportunidad voy a hablar desde el desamor, el desamparo y la pérdida del ser amado, en dos libros.

Porque acá des-amor, no solo se refiere a un termino de relación amorosa, acá encontramos abandono, duelo, desamparo y vacío.

Para hablar desde el duelo, escogí “Solo”, una novela de Marcelo Vera y publicada por La Pollera en el año 2020, el punto de partida es:

Clara murió.

Desde esta primera frase acompañamos al protagonista de esta novela en su duelo. Su mujer, con quien vivía y compartía un proyecto de vida, acaba de morir y se lo comunican telefónicamente.

Atravesamos todas las etapas de este duelo, acompañamos y sentimos la negación, el dolor más profundo y desgarrador de una muerte inesperada. En esta novela se siente fuertemente el abandono, la incertidumbre del futuro y la soledad del protagonista, este es un duelo real, no es el duelo que se vive cada vez que terminamos una relación, acá hay una mujer muerta y un hombre al borde de un precipicio, un hombre que no cree poder seguir adelante con su vida luego de esto.

Pasamos por diferentes etapas en este proceso de duelo y logramos acompañarlo en su dolor gracias al ritmo que entrega Marcelo Vera a su narración, que nos hace pararnos en el borde del abismo, pero luego nos envuelve en la ironía y la monotonía de un televisor prendido, en lo mecánico de una rutina hecha en modo automático y en una serie de listas de objetos, que parecen un inventario.

Acá nos encontramos con un amor profundo y la utilización de las más diversas técnicas para no dejar atrás este amor, que queda suspendido en el limbo temporal debido a la muerte de Clara.

El segundo libro que escogí para hablar de des-amor es “Conjunto Vacío” de Verónica Gerber Bicecci, publicado en el año 2017 por Editorial Sigilo.

Verónica es una artista visual que escribe, y eso se nota demasiado en este libro, que conjuga lo visual y lo narrativo, juega con las palabras, las inventa, escribe al revés o escribe como niña; juega con el lenguaje hasta crear conceptos matemáticos en donde vemos Diagramas de Venn que se utilizan en la teoría de conjuntos o recursos estéticos incluidos de manera brillante, y el punto de partida de esta novela visual o experimental es este:

Mi expediente amoroso es una colección de principios. Un paisaje definitivamente inacabado que se extiende entre excavaciones inundadas, cimientos al aire libre y estructuras en ruina; una necrópolis interior que ha estado en obra negra desde que recuerdo.

En la novela, Verónica Gerber grafica de forma monumental el abandono como un leit motiv que atraviesa tanto la vida familiar como la amorosa de nuestra protagonista. Nos sumerge en el vacío y la incertidumbre que aparecen en las primeras páginas, en donde, tras una ruptura amorosa, Verónica, la protagonista, debe volver a su casa materna. Desde ahí la acompañamos en un viaje a su memoria tanto familiar como el recuerdo de todas las rupturas a lo largo de su vida, y que entre suma resta, siempre la llevan al mismo sitio.  Este sitio es el vacío, hay muchos duelos y pareciera ser que convivir con ellos es habitual y una forma aprendida desde donde se mueve en el mundo. Se autodenomina coleccionista de principio amorosos y hace un recorrido por sus diferentes relaciones y nos intenta graficar como han terminado o desaparecido de sus vidas. Vivir en este duelo que también es revivir sus duelos y abandonos de infancia, sin dejar de jugar y hacernos entrar en esta forma de escritura experimetal, que nos requiere atentxs y lúdicxs.

Para volver a las interrogantes del principio, las formas de relacionarnos sexoafectivamente están cambiando, ya no le creemos tanto a Disney ni entramos tan fácilmente en este juego del marketing del amor, que antes nos hacía añorar ese globo de helio o ese peluche gigante convertidos en trofeos.

Ahora el amor y el desamor se vive desde un escenario más real, no creo que nadie pretenda demonizar el amor, pero si echar abajo lo que te contó Disney, porque ya no va más, y mirarnos desde lo real y lo recíproco.

El duelo y el abandono también son reales, no todes lo viven de la misma forma y no hay fórmulas mágicas ni claves que te puedan ayudar a llevarlo de una u otra manera. Hay pérdidas que te van a doler toda la vida en distinto grado, pero es algo con lo que se vive, como en el caso de la muerte de la persona que amas en cambio hay otros que pueden doler una semana o un p de días, pero no por es son menos importantes o menos intensos.

Arriba los amores reales y verdaderos, que no te cuenten cuentos, el amor no lo puede todo, el amor no tiene que ver con aguantar ni tiene que doler, y si en el caso de estos libros que leí, el amor si puede sanar, pero tampoco es una varita mágica, es un camino al que puedes o no puedes llegar.

Paulina Bermúdez Valdebenito es escritora especializada en minificción e imparte talleres de lectura y escritura para adultes, jóvenes y niñes. Puedes conocer más de su trabajo en el instagram @pauli_bermudez_valdebenito